miércoles, 13 de febrero de 2008

CAPITALES DEL PECADO

El mundo es tan pequeño y tan grande que depende de los ojitos que lo miren. A veces cabe en las manos, a veces en un suspiro. Hay ocasiones en que abruma y se parece a un gigante que persigue, pero siempre está ahí, quieto de apariencia pero en movimiento de vivencia. El mundo es como la moda y la moda no sería nada sin el mundo, ambos se susurran miles de canciones traducidas en culturas, arte y telas cortadas por tijeras maestras. Si la moda necesita castillos, es el mundo quien se los ofrece; si ella quiere un hogar, él le construye grandes capitales. Así existen cuatro palacios tan encantadores como intimidantes, siempre dispuestos a recibir la alegría de las sonrisas y la amargura de las críticas. Todos del mundo y de la moda, pero uno a uno para todos: Nueva York, Londres, Milán y París.

En tiempo de semana y pasarelas, maquillan sus mejillas para no perderse entre flashes y letras, escuchando sólo una dulce voz que repite: "Lo siento, hermosos. Hay que trabajar. Hay que soportar (con todo el glamour posible) el peso que camina sobre ustedes, aún cuando sientan clavarse las agujas de incontables Blahniks y numerosos Louboutins". Entonces, estos altares del estilo, no tienen más remedio que esperar callados su turno.

Nueva York acelera su pulso, elegante y cómodo, justo como una sociedad absorta de sí misma debe vestir. El palacio neoyorquino cobija las almas sencillas de palabra, mas no de significado. A esas mujeres que creen con vehemencia en el lujo eterno que somete sus instintos, pues una dama debe ser sólo eso... una dama dispuesta en todo momento a ser perfecta, a lucir los instantes y a satisfacer los llamados externos. Porque el suyo... ya se ha quedado mudo de tanto gritar.



Londres vive como un espíritu rebelde que no le rinde cuentas a nadie, que no obedece las reglas y que se niega rotundamente a seguir el infortunio de las masas. Sin embargo, en su interior late el corazón anhelante de un adolescente que necesita de la atención que se empeña en repudiar y que en ocasiones trata de expresar bajo desfiles disfrazados de vanguardia y diferencia. Los aires londinenses perfuman el ambiente con engaño, de ése que hace pensar en oposición, pero que en realidad derrama la fragancia de la misma industria.



Milán es rudo y ofensivo, es como imaginar la discusión absurda en una familia italiana. Bestialmente femenino, lleva en la sangre la obsesión rabiosa que provocan las curvas de una mujer. No importa si la cubren las flores, el estampado animal forma parte infinita de su naturaleza, atrayendo miradas incrédulas, insultadas, pero bañadas en ansia y anhelo. El rojo es su color y el escote su trastorno. Dentro de este lugar conviven hambrientos el macho y la hembra, la carne y el lujo... el delirio y el amor.



París es ideal y aspiración, luz, idilio y poesía. Es la arrogancia pura de la mujer que se sabe hermosa e inalcanzable, envidiada por las demás y codiciada por los hombres. Alcázar construído para la morada antigua de la elegancia natural, esa que se lleva en la sangre y que no se aprende con el tiempo. París reza el credo de la grandeza que no termina y del desdén que fascina. Tal vez, su divinidad sea su castigo, pues está condenado a complacer, aún cuando sólo tenga ganas de llorar.



Finalmente, en cada uno de nosotros se encontrará la última palabra, cada individuo defenderá su amor y alzará la voz por su constante favorita, por su pecado capital. Porque el arte habita en cada uno, observando inspirado el desarrollo de periodos magníficos zurcidos en telares que no detendrán el paso del tiempo, pero que sí sobrevivirán a su aniquilante proceso. Las creaciones, en ellos surgidas, se adueñarán perpetuamente del cariño y pensamientos de quien las observe, conteniendo así, el aura nostálgica de la grandeza reconocida. Es entonces y sin duda alguna, cuando el sentimiento que despiertan en los incondicionales amantes de la moda vivirá por siempre, sensible y delicado, para nunca encontrarse muerto a manos del olvido.

4 comentarios:

Alice dijo...

desde que vivo en UK siento que los britanicos usan la moda del futuro, lo que ahora pienso que es horrible pero manana me voy a querer poner... las calles son una pasarela de looks exoticos e inusuales...

saludos
;)

alterego dijo...

Un gran post, como siempre. Es un gustazo leerte. Bss infernales.

Lucio dijo...

la industria está en milan que se lo cren de verdad e invierten en ello.

Fil Ruiz dijo...

I don´t like cities
But I like new york
Other places make me feel like a dork
Los Angeles is for people who sleep
Paris and London
Baby you can keep


Sbias palabras de Madonna, auqne le falto describir la belleza de Milán

Besos fashion