domingo, 24 de febrero de 2008

CHIC-TOSTERONA

La fiesta del estilo ha tenido como invitados a hombres sin miedo al cambio, sabedores del efecto que su imagen y su temple pueden tener en el resto de los mortales y que entienden a la perfección que la moda es un divertimento del alma, justo como el arte.

Robert Redford, Marlon Brando y Robert De Niro hombres que hacen de la testosterona el elixir y la ambrosía

Estos hombres han hecho del cliché una leyenda contada por muchos pero vivida por pocos. Somos todos y cada uno de nosotros cuando no tenemos miedo a un saco rojo o unos zapatos de lona verde. Todos los que vemos en una camisa la infinita posibilidad y podemos abrir con ella miles de puertas. Redford, Brando y De Niro encarnados en la piel que se muestra a través de dos botones abiertos, o en las mangas levantadas de una camiseta de algodón.

Quienes hacen de los cuellos y las mancuernas pedestales perfectos

Ellos son los que no se pierden en un traje por perfecto que éste sea. Navegan sus líneas y nunca confunden un color con una imagen preconcebida. El rosa es tan rosa como quieren y el negro nunca les roba la sonrisa. Son quienes hacen de la corbata el primer gancho para atrapar las miradas del día y la promesa de una vida divertida a primera vista. La pregunta contestada con un gesto.

Doherty, Mika y Depp son el cinismo hecho estilo

Son los protagonistas de una fiesta en donde las notas de rock pueden tornarse la opereta más excelsa y continuar lentamente hasta terminar en el más armónico beat. La luz que los distingue no se confunde con nada, los ilumina por encima de los demás y los perpetua en el pensamiento. Así es el estilo de los grandes hombres, sin precio y sin pretexto, con olor y con textura. Sin miedo a los demás y con respeto siempre a uno mismo. Incomprable, incomparable e imponente.
********************************************************************************
Recuerden que El Infierno ya tiene una sucursal un tanto más cerca de ustedes, algo así como nuestra versión pret-a-porter, en http://www.manolomoda.com/. Visiten y dejen sus comments y sugerencias, recuerden que ganan boletos para la fiesta eterna.

miércoles, 13 de febrero de 2008

CAPITALES DEL PECADO

El mundo es tan pequeño y tan grande que depende de los ojitos que lo miren. A veces cabe en las manos, a veces en un suspiro. Hay ocasiones en que abruma y se parece a un gigante que persigue, pero siempre está ahí, quieto de apariencia pero en movimiento de vivencia. El mundo es como la moda y la moda no sería nada sin el mundo, ambos se susurran miles de canciones traducidas en culturas, arte y telas cortadas por tijeras maestras. Si la moda necesita castillos, es el mundo quien se los ofrece; si ella quiere un hogar, él le construye grandes capitales. Así existen cuatro palacios tan encantadores como intimidantes, siempre dispuestos a recibir la alegría de las sonrisas y la amargura de las críticas. Todos del mundo y de la moda, pero uno a uno para todos: Nueva York, Londres, Milán y París.

En tiempo de semana y pasarelas, maquillan sus mejillas para no perderse entre flashes y letras, escuchando sólo una dulce voz que repite: "Lo siento, hermosos. Hay que trabajar. Hay que soportar (con todo el glamour posible) el peso que camina sobre ustedes, aún cuando sientan clavarse las agujas de incontables Blahniks y numerosos Louboutins". Entonces, estos altares del estilo, no tienen más remedio que esperar callados su turno.

Nueva York acelera su pulso, elegante y cómodo, justo como una sociedad absorta de sí misma debe vestir. El palacio neoyorquino cobija las almas sencillas de palabra, mas no de significado. A esas mujeres que creen con vehemencia en el lujo eterno que somete sus instintos, pues una dama debe ser sólo eso... una dama dispuesta en todo momento a ser perfecta, a lucir los instantes y a satisfacer los llamados externos. Porque el suyo... ya se ha quedado mudo de tanto gritar.



Londres vive como un espíritu rebelde que no le rinde cuentas a nadie, que no obedece las reglas y que se niega rotundamente a seguir el infortunio de las masas. Sin embargo, en su interior late el corazón anhelante de un adolescente que necesita de la atención que se empeña en repudiar y que en ocasiones trata de expresar bajo desfiles disfrazados de vanguardia y diferencia. Los aires londinenses perfuman el ambiente con engaño, de ése que hace pensar en oposición, pero que en realidad derrama la fragancia de la misma industria.



Milán es rudo y ofensivo, es como imaginar la discusión absurda en una familia italiana. Bestialmente femenino, lleva en la sangre la obsesión rabiosa que provocan las curvas de una mujer. No importa si la cubren las flores, el estampado animal forma parte infinita de su naturaleza, atrayendo miradas incrédulas, insultadas, pero bañadas en ansia y anhelo. El rojo es su color y el escote su trastorno. Dentro de este lugar conviven hambrientos el macho y la hembra, la carne y el lujo... el delirio y el amor.



París es ideal y aspiración, luz, idilio y poesía. Es la arrogancia pura de la mujer que se sabe hermosa e inalcanzable, envidiada por las demás y codiciada por los hombres. Alcázar construído para la morada antigua de la elegancia natural, esa que se lleva en la sangre y que no se aprende con el tiempo. París reza el credo de la grandeza que no termina y del desdén que fascina. Tal vez, su divinidad sea su castigo, pues está condenado a complacer, aún cuando sólo tenga ganas de llorar.



Finalmente, en cada uno de nosotros se encontrará la última palabra, cada individuo defenderá su amor y alzará la voz por su constante favorita, por su pecado capital. Porque el arte habita en cada uno, observando inspirado el desarrollo de periodos magníficos zurcidos en telares que no detendrán el paso del tiempo, pero que sí sobrevivirán a su aniquilante proceso. Las creaciones, en ellos surgidas, se adueñarán perpetuamente del cariño y pensamientos de quien las observe, conteniendo así, el aura nostálgica de la grandeza reconocida. Es entonces y sin duda alguna, cuando el sentimiento que despiertan en los incondicionales amantes de la moda vivirá por siempre, sensible y delicado, para nunca encontrarse muerto a manos del olvido.

viernes, 8 de febrero de 2008

FÉNIX

Gótico, poético, erótico, mágico y único son sólo algunos de los adjetivos que pueden usarse para describir el trabajo de uno de los aves fénix más importantes de la moda mundial en los últimos años. Detrás de un par de ojos llenos de todo el negro imaginable, está la mente de un niño que creció coleccionando botones, perlas, cuentas y sueños engarzados en telas eternas. El pequeño Olivier que esperaba con ansias la llegada de su abuela, con un cargamento de encajes viejos y holanes descosidos...

La oscuridad en los ojos más negros que han salido de Bélgica
Olivier Theyskens nació en Bruselas un 4 enero de 1977, dando a una de las más oscuras ciudades europeas, la luz de uno de los más luminosos magos de la pasarela y las agujas. Su talento inevitablemente saltó a la fama mundial cuando Madonna le hizo un encargo personal teniendo él apenas 17 años. Entonces, su carrera daría un vuelco: su nombre comenzaría a aparecer en las etiquetas de una marca epónima que hoy sigue siendo uno de esos nuevos mitos de la urbe fashionista mundial y cuyo éxito fue un referente de lo que más tarde le esperaría. Moriría por primera vez, dejando de producir su propia línea, para dar vida a la entonces agonizante Maison Rochas. No tardó mucho en hacer de ella la nueva sensación y ganarse así la gloria de los runways mundiales y a su vez, las llaves de los palacios de la soberbia y la egolatría fantástica, regidos por Wintour y Roitfeld. Había renacido.
La sensualidad oscura, pura y enfermiza de un Rochas...
El hambre insaciable del comercio y la ceguera de los números fáciles hicieron de la mítica Maison un nuevo sepulcro, dejando una vez más en cenizas un castillo ya por todos revenrenciado. Pero Theyskens se levantaría de nuevo, trayendo a la vida a las hadas que le acompañaron de niño, esta vez gracias al legado de la gran Nina Ricci. Ahora las plumas, el color plata y los ribetes de tela son los protagonistas de un nuevo vuelo que lo corona como uno de los más grandes createurs. Un nombre que se escribe poco a poco en la memoria de todos los que apreciamos el arte en sus diseños. Oliver el más nuevo couturier.

En Nina Ricci, reviviendo a las hadas...
Es así como sigue sembrando la expectación en las corazonadas de quienes esperan su siguiente catwalk. La continuación del cuento que ni los hermanos Grimm podrían haber imaginado. ¡Largo vuelo a Olivier!.
El más mágico de sus trucos en su más reciente pasarela, modelado por mi musa favorita del momento: Irina Kulikova

******************************************************************
Al igual que en el caso Theyskens, en el arte y en la moda, la vida se mide en cuantas veces se puede iniciar un nuevo camino, por esa razón este post es la ocasión perfecta para comunicarles la nueva noticia de la monarquía luciferesca que habita esta morada: A partir de ahora publicaremos conjuntamente para el portal http://www.manolomoda.com/, ya que Manolo, amablemente nos ha vendido su alma a cambio de colaborar con él, y además, las de Patri y La Doña. Visiten el site todos los días allá en la tierra y no olviden regresar a las bacanales infernales que semana con semana traemos para ustedes...